lunes, 7 de febrero de 2011

Modelos de gestión de la convivencia

En la actualidad, y desde hace años, en la escuela nos encontramos con una serie de conflictos que preocupan, y bastante. Desde alumnos que se humillan entre ellos y se aprovechan de los más débiles, a otros que incluso se enfrentan a profesores. Casos peores son aquellos en los que el padre del alumno agrede al maestro.
Por este motivo Torrego nos habla de dos modelos para actuar ante conflictos de convivencia escolar.

Con El modelo punitivo se aplica una sanción o corrección como medida ejemplar en un conflicto escolar.

Este tipo de modelo es una vía de escape fácil para solucionar rápida e instantáneamente el problema. Creo que lo único que puede hacer es alargar el conflicto en el tiempo. Por mucho que se solucione el problema, ante el director o el jefe de estudios del colegio, el conflicto no va a cortarse de raíz.

Digo esto porque los niños son obligados a pedirse perdón y darse la mano, a los cinco minutos están otra vez los protagonistas del conflicto (víctima y agresor) con el director porque han vuelto a las andadas.

Cuando el profesor, o quien sea, les obliga a darse la mano y a pedirse perdón, ellos lo hacen, pero no convencidos, lo hacen para librarse del marrón y no creo que se sientan culpables de lo que ocurre. Es más, y si la víctima no acepta el perdón del agresor? por qué le voy a obligar a perdonarle? qué ocurrirá?

Esto ocurre y creo que en vez de solucionar el conflicto lo que hace es alimentar más incluso el rencor entre ellos. No creo que sea una medida correcta, lo más cómodo para el centro es hacerles perdonarse y se acabó lo que se daba. Depende del caso ante el que nos encontremos, nunca se debe generalizar.

En mi experiencia del colegio, he de decir que los conflictos se solucionaban de la manera que he dicho en las líneas anteriores. Se piden perdón y se acabó. Nunca he llegado a ver como sancionan a un niño.

En secundaria, los alumnos son más "mayorcitos" y tienen mucho orgullo, quiero decir que son más cabezones. Ante un conflicto pueden ser sancionados pero digamos que les da igual. En vez de olvidar el tema, quedan entre ellos a la salida (y no precisamente para pedirse perdón).
Si bien es cierto que a medida que avanzan los años, nos hacemos más responsables y los conflictos desaparecen a nivel educativo. Por ejemplo, a nivel de Bachillerato y estudios universitarios puede haber discrepancias pero nunca conflictos graves. Sin embargo en la ESO...


En El modelo relacional o integrado se intenta resolver y buscar salidas al conflicto por iniciativa propia de los involucrados mediante una herramienta muy valiosa e importante: el diálogo.

Este modelo tiene una ventaja importantísima con respecto al anterior.
Aquí son los propios alumnos los que toman la iniciativa , lo hacen de manera voluntaria, nadie les obliga a nada. Ellos mismos se dan cuenta de las cosas y tratan de ponerle fin al conflicto. Muchas veces son aconsejados y ayudados por los demás compañeros. Esto también depende de las relaciones entre alumnos, porque muchas veces las personas que están en el conflicto son compañeros que nunca han tenido ningún problema y los demás les allanan el camino para reconciliarse.
El dialogo es fundamental, hay que dejar que sean los alumnos los que hablen, piensen y reflexionen sobre lo ocurrido, eso seguramente lleve a buen puerto. Es decir, el dialogo que mantengan puede ser sincero y llevarles a la búsqueda del acuerdo mutuo. De este modo, el problema se extinguiría sin dejar rastro, mientras que de otra forma seguiría habiendo esa rivalidad.

En la escuela que hice prácticas, no predominaba un modelo en concreto. Se puede decir que existía una mezcla de los dos. Más que castigar o corregir, se amenazaba con la famosa frase de: "Os vais con el director eh". También tengo que decir que muchos profesores intentan hacerlo lo mejor que pueden con mejor o peor resultado, pero otros hacen como que no han visto nada.

Como conclusión, y estoy de acuerdo con el texto, debe existir un equipo de profesionales en el centro que se encarguen de este tipo de situaciones. Expertos que sepan por donde coger el problema y que sean capaces de entender las diferentes perspectivas de los alumnos, y no hacer juicios a priori ni tampoco ser jueces del diablo.

Muchas veces el problema no es solo en el aula, sino que el propio contexto familiar no es bueno. El niño agresor o víctima puede vivir en un contexto insano para su desarrollo que hace que se comporte de esa manera. Si un niño en su casa ve violencia, o actúa él también de manera violenta o aborrecerá la violencia porque se da cuenta de que hace mal en todos los sentidos.
Entonces la escuela también debe tener relaciones con las familias y sobretodo su contexto, porque el contexto tiene que ser agradable tanto en la escuela como en casa.
Aunque un niño sea agresor, la mayoría de veces es una pobre víctima las decisiones adultas.

No hay comentarios:

Publicar un comentario